A pocos días de las elecciones que buscara renovar en su totalidad la nómina de autoridades de Gobierno nacional, provinciales y locales, la capital entrerriana no deja de sorprender a todos los actores políticos en competencia, el rol fundamental de los medios de comunicación, cartelería y las redes sociales.

Como el aparato monstruoso de millones de pesos busca instalar a pasos agigantados una de las estafas electorales nunca vista en suelo entrerriano.

Por estas horas ya no hay dudas de que la fórmula que compite por la intendencia de Paraná, que encabeza quien en su momento fuera la promesa, renovación, el paladín de la ética, moral, transparencia y lo políticamente correcto; por errores propios y solamente propios, dejó al descubierto que alejado a ser “la única alternativa diferente”, se convierte en la mayor estafa electoral.

Emanuel Gianza es el ilusionista de la política que intenta mediante millones y millones de pesos mostrar lo que no es.

El título que nunca tuvo, sus vínculos con Patricia Bullrrich -que busca ocultar por conveniencia electoralista-, su dudosa participación en la famosa lista de la causa narco-municipio, la denuncia de la estafa con los contrato cuando fuera concejal (usaba nombres de personas que recibían un ínfimo valor de los contratos que eran utilizados para hacer “caja” para los fines personales).

La farsa en la figura de su compañera de fórmula, Mariale Viola, una mujer que nunca estuvo afiliada al radicalismo, viene de la mano del vecinalismo, cuyo esposo fuera ministro del ex gobernador Sergio Montiel y sobre el cual pesa una condena relacionada con su desempeño de las funciones de la administración pública, situación que desde el entorno de cambiemos buscan olvidar y ocultar, para que nada dañe la imagen inmaculada de la fórmula renovadora de Cambiemos en la capital entrerriana, son un cúmulo de antecedentes que dejan al descubierto el maquiavélico plan al costo que sea necesario para gobernar Paraná.

Ahora, cómo hace Gainza para ocultar ante el electorado su verdadero perfil, claro que no es difícil desenmascarar, y es allí donde la Justicia y los mecanismos de contralor del Estado, deben ponerse a disposición.

Es ahí donde termina el juego de la política y comienza el rol del Estado, que debe ser controlador y garantista.

La Justicia debe investigar el origen de los recursos económicos ilimitados que respaldan la campaña de Gainza, ya que ha generado preocupación incluso entre los propios líderes de Cambiemos, quienes desconocen la fuente de su inmensa financiación.

Es alarmante que mientras otros candidatos contratan publicidad por espacios cortos, Gainza haya asegurado contratos multimillonarios por largos periodos, superando ampliamente a los aspirantes a la gobernación.

Además, sus gastos en redes sociales y publicidad masiva en dólares son astronómicos, liderando el uso de estas plataformas. Cabe señalar que varios medios, ya sean escritos, radiales o televisivos, han formado una especie de escudo protector en torno al candidato, lo que dificulta la crítica y el escrutinio.

El financiamiento de la campaña de Gainza, que incluye la contratación de un vasto aparato publicitario, la distribución de miles de artículos promocionales, incentivos para el día de las elecciones y pagos considerables a fiscales y veedores, ha alcanzado cifras asombrosas.

Sin embargo, en este contexto electoral, es fundamental que los socios radicales sean transparentes en la justificación de sus gastos de campaña, evitando problemas legales.

En resumen, el caso de Emanuel Gainza como aspirante a intendente de Paraná plantea preguntas serias sobre el financiamiento de su campaña y la transparencia de sus acciones.

Solo Dios y la justicia, en caso de que decidan investigar, podrán esclarecer la verdadera magnitud de esta ilusión que busca convertirse en realidad a través de una estafa electoral de gran envergadura.